viernes, 29 de febrero de 2008

La gente común disfrutó del paseíto en el Metro de Santo Domingo

por valentin abreu la isla lile desde clave digital

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La emoción se apodera de los rostros de los ciudadanos que abordan por primera vez el Metro de Santo Domingo.
El recorrido, relativamente corto, es de 14.2 kilómetros, desde la estación Hermanas Mirabal, en Villa Mella (Santo Domingo Norte), hasta la estación Centro de los Héroes, ubicada en la zona sur del Distrito Nacional.
Cientos de personas llegaron a tempranas horas de la mañana de este jueves, dirigiendo ovaciones al presidente Leonel Fernández, porque a su juicio ha logrado levantar la obra que resolverá el viejo problema del transporte en la capital dominicana.
El jueves, segundo día de prueba oficial, fue menos concurrido y caótico que el primero, el miércoles, matizado por los ruidos, apretujamientos, correderas, empujones y forcejeos para acceder a las terminales y proceder de abordaje de vagones.
Fue necesario poner orden. En la estación Hermanas Mirabal los militares se encargaron de mantener bajo control las largas filas de las personas, dividiéndolas entre mujeres y hombres.
La gente entraba a los vagones con la emoción de los niños con juguetes nuevos. Ya en el interior observaban la imponente la máquina equipada con asientos laterales, cámaras de seguridad, monitores de televisión y aire acondicionado.
"¡Que viva Leonel!”, “¡E´pa lante que vamo!”, “¡Leonel cuatro año má!”, se escucha con insistencia en cualquier rincón del tren.
Las llamadas desde los celulares, las fotos para guardar un recuerdo del “día histórico” no se hacían esperar.
“¡Estoy en el metro, qué felicidad!”, se le escuchó exclamar a una mujer al conversar con alguien por medio de su móvil. El recorrido de Norte a Sur tardó unos 15 minutos.
Violeta Nova, residente en Santo Domingo Oeste, manifestó que se sientía muy emocionada al abordar el Metro por primera vez. “Feliz de la vida, y que sólo un presidente como Leonel Fernández podría llevar al país al “progreso”. ¡Llenó todas mis expectativas!”, gritó.
Mientras que Blanca Iris Rosario, quien vino desde la lejana provincia Santiago Rodríguez (del Noroeste del país), dijo que el Metro de Santo Domingo es un paso de adelanto. “¡Valió la pena venir de tan lejos para vivir esta experiencia!”, precisó.
“Considero que el Metro es una de las obras que todos los políticos han criticado y se negaban a enfrentar, y apareció un político que dijo que tiene que modernizarse el transporte en la ciudad de Santo Domingo, y lo estamos haciendo”, expresó Faustino de Aza Mora, residente en Invivienda, Santo Domingo Este.
“¡Feliz, nos quitaron cien años de atraso, gracias a Leonel Fernández! ¡Esta obra ha llenado todas las expectativas que no había llenado ningún gobierno!”, manifestó Víctor Almonte, proveniente desde el municipio Monción, en la provincia Santiago Rodríguez.
El disgusto
Para los pasajeros que hicieron el recorrido desde Villa Mella la alegría mermó al llegar a la estación Centro de los Héroes, cuando se les informó que debían salir del Metro y retornar por sus propios medios, porque sólo tenía cupo de ida, debido al gran cúmulo de personas que esperaban su turno para el paseo.
El descontento no se hizo esperar entre los pasajeros, porque no se les avisó desde el principio.
Pero ya sabían que debían arreglárselas como pudieran para regresar a la estación Hermanas Mirabal, donde se encontraban sus vehículos.
La misma emoción hacia Villa Mella
Una vez salieron los pasajeros provenientes de Villa Mella, las personas que esperaban en el Centro de los Héroes para disfrutar del “paseíto” se abalanzaron hacia las puertas de los vagones.
Prácticamente no respetaron las instrucciones de los miembros de seguridad del Metro, y comenzaron a abordar a toda carrera.
“¡Con calma, hay cupo para todos!”, gritó uno de los técnicos españoles, tratando de calmar a la gente que corría casi despavorida con tal de introducirse en el tren. Pero no valieron las advertencias, no se pudo evitar el desorden. Finalmente, después de que los encargados de seguridad y los técnicos más o menos organizaron las cosas, las puertas se cerraron y el tren partió hacia Villa Mella.
Durante el recorrido de Sur a Norte, el Metro estaba lleno a toda capacidad. Pero que más da, se trataba de estrenar algo nunca visto en la capital dominicana: un moderno sistema de transporte urbano electrónico, muy diferente a los conocidos carros de concho y guaguas voladoras.
Valía la pena aguantar unos cuantos empujones en la fila, soportar la estrechez generada por el exceso de pasajeros, porque nadie quería perderse la oportunidad de pasear en el Metro, inclusive los mismos obreros que trabajaron en las obras de ingeniería civil del nuevo sistema de transporte.
De vuelta en la estación Hermanas Mirabal, reinaba la calma. Ya pasadas las 12:00 del medio día quedaban pocas personas haciendo turno para abordar el tren.
La Oficina Presidencial para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) informó que los paseos de prueba del Metro de Santo Domingo concluyen este viernes a las 7:00 de la noche.
La imponente obra, que generó una gran controversia cuando fue anunciada por el Gobierno, se comenzó a construir a principios de 2005, y según las autoridades sólo en su primera línea tendrá un costo aproximado de 25 mil millones de pesos (unos US$735 millones).
De hecho, la oposición ha afirmado que el costo alcanza los 40 mil millones de pesos dominicanos (unos US$1,176 millones).
Asimismo, se ha criticado el hecho de que la obra consuma más dinero que las principales secretarías de Estado, como la de Educación y la de Salud, y que no se hicieran respondiendo a las prioridades y necesidades de la población dominicana.
Las críticas de técnicos y políticos de oposición han estado dirigidas a exigir transparencia en las asignaciones de los contratos y en sus costos.
También, especialistas como el ingeniero Osiris de León, han exigido al Gobierno que dé a conocer los estudios de suelos que avalan la construcción de la línea de trenes. Ante la negativa de las autoridades, el periodista Huchi Lora sometió un recurso de amparo, basado en la Ley de Libre Acceso a la Información Pública, y obligó a la OPRET a entregar la documentación.

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