SALUDO
Sammy Sosa abre los brazos mientras es vitoreado por fanáticos en el Rangers Ballpark tras pegar su jonrón 600.
SAN PEDRO DE MACORÍS.- Inmediatamente después que Sammy Sosa hiciera contacto con la bola y la enviara fuera del parque, en la parte baja de la quinta entrada del partido que los Vigilantes le ganaron 7-3 a su antiguo equipo de los Cachorros de Chicago, las sirenas del Cuerpo de Bomberos de aquí sonaron repetidas veces y cientos de personas salieron a las calles a celebrar y terminaron reuniéndose en el malecón para resaltar la proeza del pelotero.
Desde hace varios días la gente se sentaba en los hogares a esperar el ansiado estacazo que llevaría al dominicano a la historia como uno de los cinco peloteros de Grandes Ligas en haber llegado a la cifra de 600 jonrones o más. Otros tantos se juntaban con el mismo propósito en los locales donde funcionan bancas de apuestas o negocios que tienen monitores de televisión.
Los familiares de Sosa que residen aquí, celebraron en privado.
En la casa de la madre, un niño, miembro de la familia donde reside la madre del pelotero y una hermana, dijo que la celebración pasó de la media noche.
Ni la madre, ni ningún otro familiar quiso recibir a periodistas de LISTIN DIARIO para hablar del acontecimiento.
En la víspera de la celebración de las Fiestas Patronales, el malecón era preparado para la actividad y al mismo tiempo mucha gente espera que durante la actividad se haga un aparte para rendir homenaje a Sosa.
Con su vuelacercas, Sosa se une a la lista de los legendarios Hank Aaron, que suma 755; Barry Bonds, 748; Babe Ruth, 714, y Willie Mays, 660.
El batazo histórico de Sosa lo conectó en la parte baja de la quinta entrada contra su ex equipo, los Cachorros de Chicago, y el abridor Jason Marquis en el montículo.
Sosa, con la cuenta en 1-2, esperó el lanzamiento de Marquis e hizo contacto con la pelota para enviarla a lo profundo del campo entre el jardín derecho y central.
TestimonioMucha gente se mostraba orgullosa de la proeza de Sosa, pero lamentaba que nadie organizara algo grande para celebrar el acontecimiento.
Nelson Paredes es un oficial del Cuerpo de Bomberos local que no esconde su orgullo de que un nativo de aquí haya llegado tan lejos. “Recuerdo cuando Sosa dio los 66 jonrones (en la temporada de 1998) que aquí todos celebramos”, dijo.
Considera a Sammy como un ejemplo de la superación humana. “El es un ídolo nuestro”, afirma.
Asimismo, Cristóbal Berroa, que frecuenta el parque Duarte y participa de las tertulias diarias habla de la alegría y la felicidad que el pueblo ha sentido por los logros alcanzados por Sosa. “Lo que ha hecho Sammy Sosa es algo muy especial. Qué más se le puede pedir”, opina.
Berroa testimonia de la celebración que hubo la noche del miércoles en el malecón, donde frecuentemente se reúnen cientos de parroquianos.
Jaime Solano es un vendedor de caña en el malecón y su felicidad la muestra con sonrisa a flor de labios. Proclama que los 600 jonrones de Sosa “es un orgullo para los dominicanos”.
Recordó la adolescencia de Sosa, cuando este era limpiabotas. “Hubo una vez que (Joaquín) Balaguer vino a inaugurar un proyecto y regaló juguetes y a Sammy le dio una bicicleta y a mí también y él se fue corriendo a su casa, feliz”, comentó Solano, quien luego añadió que recordaba cuando Sosa conseguía los primeros chelitos y en seguida se iba a su casa a llevarlo para la comida.
Reynaldo Tolentino es un dirigente del béisbol doble A de aquí, quien habla orgullosamente de que Sammy es el primer latino que llega a los 600 jonrones. “Es un estímulo para nuestros jóvenes peloteros”, dijo. Reclama respeto para el jugador, nativo de aquí. Magalis Rivera, una mujer que tiene un pequeño negocio en el parque Tetelo Vargas comentó que los resultados que Sammy tiene hoy son fruto de la dedicación al trabajo.
Mientras que Fausto Reyes (Chicho), nativo del ingenio Consuelo, de donde es nativo Sosa informó que la gente celebró casi hasta el amanecer.
“Todavía hay gente celebrando. En los colmados y las bancas sólo se habla de eso”, cuenta Reyes, quien trabaja como anotador del torneo doble A de San Pedro de Macorís.
Sammy Sosa hizo valer su condición de toletero estrella e hizo historia al empalmar cuadrangular para convertirse en el primer latinoamericano en alcanzar los 600 jonrones de por vida en las Grandes Ligas.
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