lunes, 11 de junio de 2007

TRES NUEVAS FAMILIAS SONBENEFICIADAS CON VIVIENDAS






SANTIAGO.- Si como siempre se ha dicho, hacer el bien es ley de la felicidad, el síndico de este municipio debe de estar en estos días más contento que nunca, pues acaba de hacer felices a otras tres humildes familias, al entregarles tres modestas viviendas en distintos puntos de aquí.

Algo importante, y que es probable que sienta un precedente en lo que respecta a un alcalde municipal, es que los recursos utilizados no provienen justamente de las arcas municipales, sino de los propios bolsillos de José Enrique Sued Sem.

En esta oportunidad las familias favorecidas con entregas de viviendas, por parte del ejecutivo, fueron las integradas por Rita Altagracia Henríquez y Luís Emilio Germosén del ensanche Libertad, Tomás Torres y Mery Altagracia Díaz en Barrio Obrero, y la de José Martín Flete y Teófila Ramos, de El Papayo, La Ceibita.

Estas parejas, todas con dos y hasta cuatro hijos, desde hace tiempo tenían que vivir literalmente aguantando “agua, sol y sereno”, ya que los lugares que les servían “de refugio” a las inclemencias del tiempo se encontraban totalmente deteriorado hasta que apareció un buen samaritano, como el síndico Sued Sem.

Las casas construidas por disposición del jefe de Gobierno Municipal tuvieron un costo aproximado de 250 mil pesos cada una, lo que sumadas totalizan 750 mil pesos, y constan generalmente de una modesta sala, comedor, por lo regular dos habitaciones, cocina y baño, además todas son techadas de zinc.

Fue por ello que Doña Rita, del Ensanche Libertad, al querer expresar la satisfacción y darle las gracias al síndico por este gesto, no pudo terminar sus palabras cuando recibía la llave de su ahora confortable vivienda para la que tenía, que era casi un ranchito cayéndosele encima.

Las lágrimas ahogaron el sentir de esta mujer que tuvo que conformarse, con darle un abrazo fuerte al síndico con la franqueza y la sinceridad de alguien que se siente eternamente agradecido. “Son lágrimas de alegria, nunca de tristeza”, dijo el sacerdote Juan Dolores Mirabal quien bendijo la nueva vivienda.

En Barrio Obrero y El Papayo, esta última una comunidad suburbana del sur de Santiago, a la que se llega por un camino infernal, recibieron al síndico en medio de consignas y aplausos de parte, no sólo de las familias favorecidas con la entrega de viviendas, sino también de moradores que quisieron apoyar así su noble y altruista gesto de dotar de casas a personas de escasos recursos económicos.

DEPARTAMENTO DE RELACIONES PUBLICAS
11 DE JUNIO DE 2007

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