eddy beltre/espacinsularSANTO DOMINGO. 15 DE AGOSTO DE 2007.- Fritz Cineas, Embajador de Haití, pidió ayer que los responsables de actos de corrupción en las misiones diplomáticas y consulares haitianas en la República Dominicana, sean llevados a la justicia, para que paguen por su inapropiada conducta.
Al ser preguntado por periodistas de Diario Libre, sobre un trabajado originalmente publicado por http://espacinsular.org/ y reproducido integralmente por el diario mencionado, el diplomático confirmó las informaciones difundidas, relativas a los actos de corrupción llevados a cabo en la embajada y en un supuesto consulado en Santiago, durante el régimen de transición.
“En lo que se escribió no hay mentiras”, dijo Cineas, admitiendo que un ex funcionario de la cancillería haitiana, en contubernio con una compañía dominicana de construcciones, logró recibir importantes sumas de dinero en dólares como pagos de comisiones.
El diplomático reconoció que hubo una sobre evaluación del costo de los trabajos de remodelación del local de la embajada, los cuales de acuerdo a las últimas indagaciones realizadas por Espacio Insular, costaron unos US$ 700 mil dólares en vez de los US$ 500 mil, declarados, cuando en realidad, según el embajador haitiano, no debieron costar “mas de US$ 70 mil dólares”
“A nosotros lo que nos interesa es que se terminen los trabajos de remodelación de nuestra embajada. Lo demás corre a cargo del gobierno haitiano de perseguir a los que por razones obvias no han cumplido con sus deberes”, declaró Cineas.
La posición del embajador de Haití en República Dominicana, parece un reclamo ante las autoridades gubernamentales interesadas, que no han mostrado señales claras, en relación a su disposición de llevar a la justicia a los responsables de actos de corrupción de la pasada administración Alexandre-Latortue. (2004-2006).
Los actos de corrupción referidos, abarcan el nombramiento de un personal en un consulado oficialmente inexistente en Santiago, cuyo cónsul era la esposa de un ex secretario de finanzas del gobierno de transición, Lemercier Georges.
Tanto el embajador Cineas como la cancillería dominicana, afirmaron que ese consulado, no tenía autorización de funcionamiento del gobierno dominicano. Sin embargo su personal, incluyendo la doctora Therese-Armelle Georges, la supuesta cónsul, profesora en la universidad PUCAMAIMA, cobraba sueldos de hasta US$ 15 mil dólares mensuales hasta el mes de marzo de este año, según el senador haitiano Evaliere Beauplan.
Diario Libre, por error mencionó al ex embajador de Haití en República Dominicana, Guy Alexandre, como funcionario de la cancillería haitiana, alegadamente responsable de las operaciones de corrupción administrativa señalados, cuando en la realidad, era un técnico pagado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) asignado a la Primature o Oficina del primer Ministro Latortue, tras su renuncia como Jefe de misión diplomática en el país, en diciembre del ano 2003.
Por lo que Alexandre no tenía nada que ver en lo absoluto con las supuestas acciones fraudulentas del administrador de la cancillería, Harold Bruno, sindicado por legisladores haitianos, como la persona cabecilla de una asociación de malhechores que convirtió la cancillería haitiana, en un centro de producción de dinero fácil y rápido, fuera de la ley.
Al ser preguntado por periodistas de Diario Libre, sobre un trabajado originalmente publicado por http://espacinsular.org/ y reproducido integralmente por el diario mencionado, el diplomático confirmó las informaciones difundidas, relativas a los actos de corrupción llevados a cabo en la embajada y en un supuesto consulado en Santiago, durante el régimen de transición.
“En lo que se escribió no hay mentiras”, dijo Cineas, admitiendo que un ex funcionario de la cancillería haitiana, en contubernio con una compañía dominicana de construcciones, logró recibir importantes sumas de dinero en dólares como pagos de comisiones.
El diplomático reconoció que hubo una sobre evaluación del costo de los trabajos de remodelación del local de la embajada, los cuales de acuerdo a las últimas indagaciones realizadas por Espacio Insular, costaron unos US$ 700 mil dólares en vez de los US$ 500 mil, declarados, cuando en realidad, según el embajador haitiano, no debieron costar “mas de US$ 70 mil dólares”
“A nosotros lo que nos interesa es que se terminen los trabajos de remodelación de nuestra embajada. Lo demás corre a cargo del gobierno haitiano de perseguir a los que por razones obvias no han cumplido con sus deberes”, declaró Cineas.
La posición del embajador de Haití en República Dominicana, parece un reclamo ante las autoridades gubernamentales interesadas, que no han mostrado señales claras, en relación a su disposición de llevar a la justicia a los responsables de actos de corrupción de la pasada administración Alexandre-Latortue. (2004-2006).
Los actos de corrupción referidos, abarcan el nombramiento de un personal en un consulado oficialmente inexistente en Santiago, cuyo cónsul era la esposa de un ex secretario de finanzas del gobierno de transición, Lemercier Georges.
Tanto el embajador Cineas como la cancillería dominicana, afirmaron que ese consulado, no tenía autorización de funcionamiento del gobierno dominicano. Sin embargo su personal, incluyendo la doctora Therese-Armelle Georges, la supuesta cónsul, profesora en la universidad PUCAMAIMA, cobraba sueldos de hasta US$ 15 mil dólares mensuales hasta el mes de marzo de este año, según el senador haitiano Evaliere Beauplan.
Diario Libre, por error mencionó al ex embajador de Haití en República Dominicana, Guy Alexandre, como funcionario de la cancillería haitiana, alegadamente responsable de las operaciones de corrupción administrativa señalados, cuando en la realidad, era un técnico pagado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) asignado a la Primature o Oficina del primer Ministro Latortue, tras su renuncia como Jefe de misión diplomática en el país, en diciembre del ano 2003.
Por lo que Alexandre no tenía nada que ver en lo absoluto con las supuestas acciones fraudulentas del administrador de la cancillería, Harold Bruno, sindicado por legisladores haitianos, como la persona cabecilla de una asociación de malhechores que convirtió la cancillería haitiana, en un centro de producción de dinero fácil y rápido, fuera de la ley.
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