Esta argumentación no quiere o no puede ser entendida ni por el propio Miguel Vargas, ni por sus asesores de Tríalogo, quienes se muestran incrédulos y suspicaces frente a la discrepancia entre los datos publicados y los rSANTO DOMINGO, República Dominicana.-Influenciado por los integrantes del programa televisivo Triálogo, que liderea el reconocido economista Andy Dahuajre, el candidato del Partido Revolucionario Dominicano, Ing. Miguel Vargas ha sostenido públicamente que la acreditada firma encuestadora Gallup Dominicana, cuyos trabajos son publicados por el periódico Hoy, se equivocó en sus pronósticos para las primarias de los tres partidos mayoritarios.
Sostiene que los datos publicados por el periódico Hoy dando cuenta de los resultados proporcionados por la Gallup, fueron muy diferentes a los datos arrojados por las primarias de los tres partidos.
Frente a ese planteamiento, el representante de la Gallup en República Dominicana, el Lic. Rafael Acevedo, ha reiterado que la firma no realizó encuestas al interior de los partidos y que tal cosa es sumamente difícil de realizar.
Esta argumentación no quiere o no puede ser entendida ni por el propio Miguel Vargas, ni por sus asesores de Tríalogo, quienes se muestran incrédulos y suspicaces frente a la discrepancia entre los datos publicados y los resultados reales de las primarias
Para entender la confusión hay que partir reconociendo que los estudios del mercado electoral que realiza la Gallup para el periódico Hoy, producen informaciones relativas a la población electoral del país.
Por esa razón estas encuestas se realizan a partir de un diseño muestral basado en un universo constituido por la población electoral determinada por el padrón de electores elaborado por la Junta Central Electoral y no por el universo conformado por la membresía y simpatizantes de cada partido, es decir, el padrón de cada partido.
De esa forma los datos e informaciones recogidos por la firma encuestadora y publicados por el periódico Hoy son sólo validos para la población electoral nacional, dentro de los parámetros de seguridad de un 95% y un margen de error muestral de un 3%. De aquí que los niveles de simpatía o de preferencia por precandidatos, candidatos o partidos, entre otras tantas informaciones levantadas, sólo establecen la situación de preferencia o simpatía que se encuentra en la muestra de la población electoral nacional.
No pueden interpretarse como niveles de preferencia o simpatías al interior de los partidos, ya que para ello se debe partir de un diseño muestral sobre la base del padrón de miembros de cada partido, para reducir y controlar el nivel del error muestral que de la otra manera resulta elevadísimo, al segregar los datos.
Hechas estas precisiones, todavía se podrá alegar que las preferencias o simpatías presentadas por el periódico Hoy fueron publicadas como si hubieran sido extraídas del interior de cada partido.
Pero ello no fue así porque lo que se hizo fue segregar la muestra nacional según la identificación partidaria de los encuestados y a continuación se cruzo esa variable con la simpatía o preferencia manifestada.
Al hacer esta operación el error muestral deja de ser el 3% elevándose considerablemente, por lo cual la probabilidad de acierto se reduce por la escasa representatividad resultante para esas submuestras.
Por esta razón se produjo la discrepancia entre los datos publicados y los resultados de las primarias. El error no esta en la encuesta sino en la interpretación de los datos publicados.
Estas distinciones que intentan aclarar la confusión son metodológicamente elementales, pero muchas veces hay situaciones conductuales que motivan "razones que la razón no entiende.”
Aprovechamos estos comentarios para indicar que la preocupación de Miguel Vargas y de Tríalogo sobre este asunto, carece en gran medida de valor político estratégico.
Sería más útil dedicar tiempo y creatividad para fortalecer el poder mediático de la propaganda partidaria en torno a su candidatura, poniendo énfasis en los aspectos de proyección de la imagen psicosocial del candidato.
Un candidato cuyo fenotipo y prosapia, así como sus limitados recursos de oratoria y rigidez facial, inducen a proyectarlo con una clara imagen iconográfica que se identifica con la seriedad dominicana más tradicional.
De modo tal que un lema que podría adicionar en su campaña podría rezar así:“un presidente serio para un gobierno serio” que mucha falta le hace a este país.
De igual manera, más ganaría el candidato blanco completando sus comparecencias publicas para agotar los demás temas de campaña que le faltan, los cuales deberían culminar con una comparecencia magistral en donde contextualice sus propuestas programáticas, enmarcándolas en una visión del país que a su vez permita visualizar el futuro nacional que nos promete en estos tiempos de globalización y post modernidad.
¡Que no se pierda el tiempo en asuntos relativos a la guerra de las encuestas! Fortalezca el contenido político de su ofertesultados reales de las primarias
Sostiene que los datos publicados por el periódico Hoy dando cuenta de los resultados proporcionados por la Gallup, fueron muy diferentes a los datos arrojados por las primarias de los tres partidos.
Frente a ese planteamiento, el representante de la Gallup en República Dominicana, el Lic. Rafael Acevedo, ha reiterado que la firma no realizó encuestas al interior de los partidos y que tal cosa es sumamente difícil de realizar.
Esta argumentación no quiere o no puede ser entendida ni por el propio Miguel Vargas, ni por sus asesores de Tríalogo, quienes se muestran incrédulos y suspicaces frente a la discrepancia entre los datos publicados y los resultados reales de las primarias
Para entender la confusión hay que partir reconociendo que los estudios del mercado electoral que realiza la Gallup para el periódico Hoy, producen informaciones relativas a la población electoral del país.
Por esa razón estas encuestas se realizan a partir de un diseño muestral basado en un universo constituido por la población electoral determinada por el padrón de electores elaborado por la Junta Central Electoral y no por el universo conformado por la membresía y simpatizantes de cada partido, es decir, el padrón de cada partido.
De esa forma los datos e informaciones recogidos por la firma encuestadora y publicados por el periódico Hoy son sólo validos para la población electoral nacional, dentro de los parámetros de seguridad de un 95% y un margen de error muestral de un 3%. De aquí que los niveles de simpatía o de preferencia por precandidatos, candidatos o partidos, entre otras tantas informaciones levantadas, sólo establecen la situación de preferencia o simpatía que se encuentra en la muestra de la población electoral nacional.
No pueden interpretarse como niveles de preferencia o simpatías al interior de los partidos, ya que para ello se debe partir de un diseño muestral sobre la base del padrón de miembros de cada partido, para reducir y controlar el nivel del error muestral que de la otra manera resulta elevadísimo, al segregar los datos.
Hechas estas precisiones, todavía se podrá alegar que las preferencias o simpatías presentadas por el periódico Hoy fueron publicadas como si hubieran sido extraídas del interior de cada partido.
Pero ello no fue así porque lo que se hizo fue segregar la muestra nacional según la identificación partidaria de los encuestados y a continuación se cruzo esa variable con la simpatía o preferencia manifestada.
Al hacer esta operación el error muestral deja de ser el 3% elevándose considerablemente, por lo cual la probabilidad de acierto se reduce por la escasa representatividad resultante para esas submuestras.
Por esta razón se produjo la discrepancia entre los datos publicados y los resultados de las primarias. El error no esta en la encuesta sino en la interpretación de los datos publicados.
Estas distinciones que intentan aclarar la confusión son metodológicamente elementales, pero muchas veces hay situaciones conductuales que motivan "razones que la razón no entiende.”
Aprovechamos estos comentarios para indicar que la preocupación de Miguel Vargas y de Tríalogo sobre este asunto, carece en gran medida de valor político estratégico.
Sería más útil dedicar tiempo y creatividad para fortalecer el poder mediático de la propaganda partidaria en torno a su candidatura, poniendo énfasis en los aspectos de proyección de la imagen psicosocial del candidato.
Un candidato cuyo fenotipo y prosapia, así como sus limitados recursos de oratoria y rigidez facial, inducen a proyectarlo con una clara imagen iconográfica que se identifica con la seriedad dominicana más tradicional.
De modo tal que un lema que podría adicionar en su campaña podría rezar así:“un presidente serio para un gobierno serio” que mucha falta le hace a este país.
De igual manera, más ganaría el candidato blanco completando sus comparecencias publicas para agotar los demás temas de campaña que le faltan, los cuales deberían culminar con una comparecencia magistral en donde contextualice sus propuestas programáticas, enmarcándolas en una visión del país que a su vez permita visualizar el futuro nacional que nos promete en estos tiempos de globalización y post modernidad.
¡Que no se pierda el tiempo en asuntos relativos a la guerra de las encuestas! Fortalezca el contenido político de su ofertesultados reales de las primarias
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